En muchas ocasiones las personas, o incluso nosotros mismos, decimos cosas como “Me lo compro, porque me lo merezco”, o “Para eso trabajo”. “Solo se vive una vez”. Entre muchas otras frases similares que buscan justificar algún tipo de gasto que por lo general es una compra impulsiva las cuales, no siempre. Pero en una gran cantidad de ocasiones suelen ser malas decisiones financieras las cuales puede llegar a comprometer nuestras finanzas.
Por lo general las compras impulsivas son aquellas compras que no tienen una planificación financiera previa. Estas pueden ser desde una simple cita, hasta la compra de una vestimenta nueva o cualquier compra de un costo mayor. Además de esto, muchas de estas compras ocasionalmente cuando se revisa la economía del consumidor este se arrepiente de la misma.
Este tipo de compras se suele ver mucho más en compradores jóvenes, este fenómeno se suele apreciar mayormente en la llamada Generación Z y Millennial. Ya que muchos de los que realizan este tipo de compras tienen una edad que va desde los 15 a los 42 años, esto según un estudio publicado por Bankrate.
El problema con las compras impulsivas
Entre los errores más frecuentes a los que se suelen enfrentar las personas que hacen compras impulsivas es que suelen hacerlo sin un previo análisis de su economía o de los créditos que usan para financiar sus compras. Esto según el director de Bankrate, Gerardo Obregón quien además añade lo siguiente.
“Uno de los errores más comunes que vemos, es que al realizar este tipo de compras no se valida que los ingresos sean mayores que los gastos, a ello se suma el uso de crédito que provoca un hueco financiero el cual se vuelve impagable, lo que forma un mal historial crediticio, el cual puede impedir que los usuarios formen un patrimonio, realicen la compra de automóvil o tengan la solvencia económica para hacer frente a una emergencia”.
Siguiente esto el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha reportado que cerca de un 20% de los hogares cuenta con una deuda que rebasa su nivel de riqueza. Esto mientras que un 27% de la población general considera que su nivel de endeudamiento va de moderado a excesivo. Algo que demuestra la falta de preocupación por este tema.
Para tratar de evitar esto, o al menos disminuirlo, debemos buscar siempre establecer metas para así tener el capital “comprometido”. En donde una compra impulsiva no solo desequilibre nuestra economía, sino que también sea un obstáculo propio para nuestras metas. Es por eso que es importante definir un camino con metas diferentes para poder tener mayor control de nuestros gastos.
Según Héctor Romero, Director de Horus, “Tener metas financieras a corto plazo va a ser un motivador catapulta para que el día de mañana puedas tener mayor disciplina financiera y logres canalizar tu dinero hacia diferentes tipos de instrumentos de inversión, consigas tener un patrimonio, y lo más importante, tranquilidad financiera, entonces recomiendo comenzar por fijar metas a corto plazo, cumplir esa metas y fijar las de mediano y largo plazo”, en donde se recalca que hacer compras por gustos no es malo, siempre que estas sean compras planificadas y no impulsivas.